domingo, 21 de febrero de 2016

14/02/16: 1/2 MARATÓN DE TUDELA: MMP QUE SABE A GLORIA. CON ELLOS TODO ES MÁS FÁCIL

Montado en el vagón de aquel tren que recorría grandes montañas con destino al Maratón de Las Tucas, llegué a una estación de ciudad, con parada obligatoria. Había que permanecer allí como máximo 1h y 30´para no desaprovechar el camino que ya llevaba recorrido hasta llegar a la ciudad de Tudela. A decir verdad, no tenía excesivas ganas de parar allí, no era una parada que apareciese en el itinerario del recorrido con destino al Maratón de Las Tucas. Pero muchas cosas en mi interior me obligaban a aceptar esa parada como parada obligatoria. En esa ciudad nací y en esa ciudad reside gran parte de mi familia. En esa ciudad sabía que no iba a correr solo. 


Tras prepararme en casa de mi abuela, me dirigí a la salida, donde me esperaba mi tío, que corrió la 10K, y tras charlar con él y con "los jugones" comencé el calentamiento. En mi cabeza no había ningún tipo de presión, ni siquiera sabía cómo plantear la carrera ya que mis entrenamientos estaban destinados a coger fondo y fuerza para afrontar pruebas de montaña. Al final, como siempre, me calenté y decidí ir a probarme, ir a mi máximo, y arranqué tras la liebre de 1h25´. Lo único que tenía claro era que no quería sufrir como en mis dos últimas medias, si no daba más de mí, a frenar y seguir disfrutando.


Foto con mi tío antes de la salida

La salida era en ligera bajada cruzando la Calle Carrera, donde pude ver a los míos por primera vez. Sonreí a la cámara María José y giramos a la Avenida de Zaragoza, en ligera subida. 


Aguanté el ritmo del grupo hasta una vez entrados en La Mejana, allá por el 6K. Comencé a descolgarme poco a poco aunque mis sensaciones eran muy buenas, así que yo a lo mio. La vuelta a La Mejana para mí fue la parte más aburrida del recorrido. Nadie animando.  Llegados al 9K, la carrera volvía a entrar en la ciudad y el público se volvía a hacer notar. Un par de cuestas con desnivel antes de llegar a la Plaza Nueva, lugar de la salida y llegada del 10K y media maratón. Pasé con un tiempo de 40´25´´. La cosa iba bien pero todavía quedaba otra vuelta. 

Paso por el 10K en 40´25´´

Que conste que no soy muy partidario de las pruebas que dan varias vueltas al mismo circuito ya que se me suelen hacer monótonas, pero por contra, cuentan con un aliciente positivo que es el de conocer el terreno y saber dónde se puede apretar y dónde conviene reservar. Además, en Tudela contaba con otro aliciente positivo, volver a pasar delante de la casa de mi abuela, con toda la familia en el portal y en el balcón animándome. Lugar preciso para apretar. 


Los siguientes kilómetros iban a ser claves para saber cómo afrontar la segunda parte de la carrera. Tras el giro a la ascendente Avenida Zaragoza me vi adelantando a varios corredores, lo que supuso un subidón de moral ya que en las últimas medias maratones corridas era yo el adelantado. A partir del 12.5K decidí subir el ritmo aprovechando la ligera bajada hasta ver que llegaba al 15K con un tiempo de 1h00´36´´. 


Me gusta siempre guiarme por mi tiempo en el 15K y valorar mis sensaciones en ese momento para afrontar los últimos 6K con una idea en la cabeza. En ese momento iba muy fuerte y vi que tenía 25´30´´ aproximadamente para mejorar mi marca, algo que ni mucho menos buscaba. Así que decidí echar el resto e intentarlo. Conviene recordar que en mis dos últimas medias, a partir del 15K fue cuando empecé a sufrir y a perder el ritmo llevado hasta entonces (Behobia y Vitoria). Tuve la suerte de juntarme con otro corredor con el que fui a un ritmo muy cercano a los 4´/km desde prácticamente el 15K hasta la vuelta de La Mejana por la carretera en el 18K.


Me quedaban sólo 3K y llevaba un tiempo acumulado de 1h12´54´´. Eso significaba que si conseguía mantener un ritmo cercano a los 4´/km iba a conseguir mejorar notoriamente mi mejor marca en media maratón, sin esperarlo y encima en mi ciudad natal. Una gran cantidad de emociones invadieron mi cuerpo y dieron fuerza a mis zancadas. Cada una de ellas me acercaba al momento de cruzar la meta y reunirme con los míos que estarían allí esperando. Kilómetro 19 en 4´03´´, bien, uno menos. Kilómetro 20 en 4´01´´, bien, a por el ultimo. En ese momento volvía a mirar el tiempo global y era de 1h21´00´´. Tan solo quedaba un kilómetro y 100 metros y soñé con parar el crono en menos de 1h25´, pero las cuestas y los 100 metros añadidos lo impidieron por poco, a pesar de mi sprint final. 


Paré el crono en 1h25´05´´, ritmo de 4´03´´/km, posición 79 de 441 participantes y con una sonrisa de niño en la cara. Y allí estaban ellos, con otra sonrisa en la cara sabiendo que lo había bordado no sé si conscientes o no de que habían corrido conmigo. Gracias por el apoyo familia. 

El feliz sufrimiento que conlleva llegar a la satisfacción

La verdad que no esperaba ni mucho menos conseguir mi mejor marca en media maratón. Fue una grata sorpresa el encontrarme tan bien rodando a unos ritmos tan elevados. Desde que preparaba la Media Maratón de Vitoria en los meses de noviembre y diciembre no había rodado en esos ritmos. Si que es cierto que desde enero en adelante, he aumentado el tiempo de mis entrenamientos y he metido mucho monte, lo que sin duda me ha hecho ganar más fondo y fuerza. Sea como fuere, me quedo con una mejora de marca en la distancia con la que más disfruto y en un escenario inmejorable, Tudela, con todos los míos cerca. Supongo que ya tendréis claro que...

CORRER TE HACE FUERTE

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